Soul Delivery - 48 x 33 cm

SIEMPRE HAY ALGO MÁS ALLÁ

Siempre me decían que andaba en las nubes. Detrás del jardín de casa había un gran escampado y yo me quedaba las tardes observando el vuelo errante de los jotes, las ramas de los árboles sacudirse con el viento, los colores del atardecer estrellarse con la cordillera. Pero un día sucedió algo distinto. Había llovido y luego el sol se había fragmentado en mil colores entre los cúmulos que viajaban a toda velocidad. Tuve la sensación de que algo estaba sucediendo. Crucé el paredón, luego la acequia y cuando ya estaba arriba de una loma, vi algo que marcó de manera definitiva,
mi percepción de la realidad. Al principio me asusté y cerré los ojos, me eché al suelo boca arriba, mojándome la espalda, mezcla de lluvia y de sudor y sabiendo que nadie me creería lo que había visto, los volví a abrir, entre un largo silencio lleno de paz: las nubes habían arrojado un inmenso paracaídas a solo unos metros de mi casa y alguien más, además de mi, estaba en su auto viendo este gesto improbable de la naturaleza, lo que me dio un gran alivio. Cuando me vi de regreso estaba en casa observando las nubes, con esa extraña sensación de que siempre hay algo más allá.